jueves, 8 de marzo de 2012

El Rangers agoniza

El futbol escocés está en vilo. Su club más laureado, el Glasgow Rangers, se encuentra en una situación complicadísima y cada día que pasa surgen nuevos rumores y especulaciones sobre los motivos por los que ha llegado a este via crucis institucional que parece no tener fin.
El director del club de Ibrox, Dave King, ha admitido que el propietario y máximo accionista del club desde mayo del año pasado, Craig Whyte, usó el dinero de la empresa Ticketus, encargada de la venta de entradas para los partidos, para su toma de poder. King, en un jugoso comunicado, ha comunicado lo que está en boca de todos y ningún supporter de los Gers quería escuchar: “La liquidación es inevitable, no creo que haya ninguna solución para que la entidad salga de la administración (lo que aquí denominaríamos como Ley Concursal)”.
King es el único superviviente de la Era Murray, antiguo propietario que se desvinculó del club escocés después de vender sus acciones por la irrisoria cantidad de 1 libra a Craig Whyte. Whyte, eso sí, tenía que hacerse cargo de una deuda de casi 22 millones de euros que el Rangers arrastraba con el Lloyds Banking Group.
Según su Director General, el Glasgow Rangers no cumplirá los requisitos financieros que la UEFA les demanda, cuyo plazo expira el 31 de marzo, por lo que los protestantes, en caso de clasificarse para disputar competiciones europeas, perderán dicho privilegio. Además, King ha alertado de que, en caso de no encontrar un comprador de garantías que pueda hacerse cargo de las deudas y los impagos, la liquidación podría alargarse dos años más.
En lo que a títulos conseguidos se refiere, el Rangers no será despojado de ninguno de ellos.
La firma londinense “Duff and Phelps”, encargada de administrar el club desde la suspensión de pagos, informó a su llegada de que “la liquidación no es un final probable”. Dos meses después, parece que es la única salida viable a la situación.
De momento, se prevé que los jugadores que perciben una ficha más elevada deberán rebajar su sueldo un 75% si quieren permanecer en la plantilla, mientras que los que cuentan con una remuneración media, tendrán que asumir un descenso del 50%.
El desenlace y, en consecuencia, el futuro de uno de los equipos más antiguos y legendarios del mundo sigue en el aire, a la espera de un inversor dispuesto a sanear las maltrechas cuentas de los Gerds.

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