Geraldo, El silbido que silenció Maracaná
Todos conocemos al gran Zico, ese jugador de los 70 que nos maravilló. Pero pocos saben que compartió sus inicios con Geraldo, su "hermano mestizo". No eran hermanos de sangre, pero su amistad era tan grande que se sentían muy unidos. Esta es la triste historia de ese joven jugador que vio truncada su carrera demasiado pronto.
Geraldo Cleofas Dias Alves, fue un irreverente mediocampista, un crack de toque fácil, capaz de silbar en el campo mientras jugaba. Tildado de indisciplinado por su afición a las fiestas y por vestir siempre chanclas y camisa abierta, "El silbador" era un tipo alegre y querido, que vió su prometedora carrera interrumpida trágicamente.
Afortunados son los que vieron entrenamientos del Flamengo a mediados de los 70. Los socios que iban a la sede del club, en Gávea, podías deslumbrarse por las habilidades de dos de sus magníficos jugadores, Geraldo y Zico.
Acabado el entrenamiento, se ponían a cada lado del campo y hacían toques de balón sin dejarlo caer, acercándose poco a poco, tranquilamente hasta la línea de fondo. Su calidad entonces ya era algo que maravillaba a más de cien mil espectadores en Maracaná cada domingo.
Geraldo y Zico compartían así la pelota y la vida, como si todo fuera una sola cosa. Compartieron la infancia humilde, las pachangas callejeras, los primeros pasos en la cantera del Flamengo y títulos en los juveniles del "Mengao". Compartieron también el hecho de tener hermanos mayores futbolistas profesionales, incluso compartían el cariño de los padres de Zico.
En el años 1974, Geraldo y Zico se hicieron profesionales. Compartieron el mediocampo del Flamengo y la primera gloria con la conquista del campeonato carioca en el triangular final contra América y Vasco da Gama. Al año siguiente, vivieron también su primera decepción, al ser eliminados por el propio Vasco para llegar a las finales del Carioca. Aún así compartieron también convocatoria para la Seleçao, comparaciones con Pelé y el deseo de participar en el mundial de 1978 en Argentina. El club quiso que hasta compartieran quirófano. Geraldo se operaría de las amigdalas el mismo día que Zico del septo nasal. El día de su operación, Zico se dirigió a la casa de Geraldo, como habían quedado. Esperó dos horas y Geraldo no se presentó. Zico fue operado con éxito. Geraldo, que por miedo, se había fugado de la operación, no tuvo más remedio que operarse dos años mas tarde. De camino a la intervención, pasó por el club y más tarde por la iglesia.
el 26 de agosto de 1976, Geraldo entró en el quirófano. Estaban presentes el médico del club y Helio Mauricio, presidente del Flamengo y cirujano de ese mismo hospital. La operación de amigdalas fue exitosa y duró apenas 10 minutos, pero un Shock anafiláctico, le provocó una parada cardiorrespiratoria.
Así fue como aquel joven jugador de 22 años que silbaba por los estadios de fútbol, dió su último silbido en una fría mesa de acero.
El equipo estaba en Fortaleza para el primer partido del campeonato brasileño. El lateral Vanderlei Luxemburgo fue el primero en recibir la noticia "¡Geraldo ha muerto en la operación!" le dijo el presidente. El grupo volvió el mismo día a Río de Janeiro y canceló sus partidos. Arrancaba el campeonato brasileño, pero sin Geraldo no había fútbol.
En el velatorio, realizado en la sede del "Mangao", se podía formar una selección. Paulo César Caju, Pintinho, Rondinelli, Marinho Chagas, Junior, Zico, entre tantos otros. La ausencia del anestesista en la operación hizo que se investigara un presunto error médico, pero la justicia absolvería a los médicos años después.
Geraldo fue enterrado en su ciudad, Barao de Cocais, en una tumba sencilla de un cementerio humilde, sin nada que recordara al club que defendió. Al volver a Río de Janeiro, Zico tuvo un susto, cuando el motor del avión falló, obligando al piloto a hacer un aterrizaje forzoso.
Los jugadores decidieron jugar con pantalones negros de luto durante seis mese. En el primer partido sin Geraldo, el Flamengo ganaría a ABC por 2-0, con dos goles de Zico. Un tanto por Geraldo y otro por los que le habían llorado.
Zico y sis compañeros decidieron organizar la copa Geraldo Cleofas, un partido en beneficio de la familia del jugador. El 6 de octubre de 1976, 142.404 espectadores vieron al Flamengo enfrentarse a una seleçao formada por los campeones mundiales de 1970. Pelé, Rivelinho, Jairzinho, Carlos Alberto, Clodoaldo... La victoria de Flamengo por 2-0 hacía vislumbrar un futuro glorioso.
Paradojicamente, el hueco dejado por Geraldo daría espacio a dos juveniles que formarían con Zico, el mediocampo más victorioso de la historia del Flamengo, Adilio y Andrade. Es probable que estos tres jugadores fuesen capaces de oír a Geraldo silbar mientras más de cien mil espectadores cantaban en Maracaná. "Uma vez Flamengo, Flamengo até morrer..."
A continuación os dejo un vídeo de la época donde se puede ver a Geraldo jugando la final del campeonato de 1976.
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